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Madre

 

Por boca de infinidad de mujeres, se dice que no hay ningún otro papel en la vida de la mujer que de tanta satisfacción y felicidad como el de ser madre. Esto jamás se pondrá en cuestión.

Lo interesante son todos los significados de ser madre y los beneficios extendidos de este deseo (que se explota como ningún otro) de ser madre.

En la siguiente descripción de este rol no se pretende minimizar o desvalorar el significado de la maternidad. En caso contrario, sin duda, el papel de madre lleva envueltas algunas características que se encuentran verdadera y estrechamente vinculados con el del amor incondicional, infinito y sacrificado. Y cómo no va a significar la máxima realización de una mujer o de un hombre ver su sangre o semilla reproducida.

El ser humano por naturaleza es egocéntrico y al fallar todo alrededor cuanto se esperaba, se tiene a sí mismo. Después de todos los fracasos, tropiezos, tormentas y cuantos fallos sean acumulados en la vida de una persona, finalmente se tiene a sí misma, y la extensión de si misma triunfa (la gran mayoría de las veces) sobre cualquier otro juicio de valor.

Qué más grande logro o peor fracaso puede ser tan fácilmente suplido o mejorado, desvanecido, minimizado o incluso borrado que la capacidad del humano de crear y dar vida?

Hasta donde conocemos creemos o se tiene la certeza que ningún otro acto o hecho pueda compararse con el milagro de engendrar y dar vida. No ha habido invento, experimento, descubrimiento, conocimiento cientifico que pueda desplazar, sustituir o minimizar la experiencia tan natural (biológica y culturalmente) que significa el ser capaz de dar vida.

Ironicamente, es un acto que necesita poco para que se dé, para llevarlo a cabo, pues al contrario de la producción de nuevo conocimiento, es el acto que sin previa prevención, planeación, cuidado, conocimiento, estudios, análisis, certificaciones, títulos, condecoraciones, distinciones, etc., es posible llevarse a cabo en la mayoría de sus veces.

Cómo no será este hecho un aliciente y una elevación de la autoestima (tal vez pasajera) para una persona que se ha convertido en madre y/o padre? Ha logrado lo que ni la ciencia ha sido capaz de crear bajo ambientes de naturalidad y aceptación sin que sea tema de debate o controversia (como ha sido el caso de la clonación y otros indicios de vida mediante la experimentación científica) ¡La persona, está dando vida y no hay nada más grande que eso en todas las arenas, espacios, esferas y áreas conocidas en la vida de una persona.

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educar

 

Este punto tan sencillo puede explicarlo mucho o explicar nada porque es tan importante mantener un estado de las cosas en el que la humanidad siga reproduciendose sin la menor preparación, instrucción y educación.

En su mayoría, toda está reproducción acelerada (alguna planeada y otra no) de la población pertenecerá al porcentaje de capital humano que desde su nacimiento ya se encuentra en condiciones de desventaja, y que por el contrario la vida misma le significará un reto. Las condiciones con las que nace un recien nacido para no ir más lejos, suelen ser las mismas en las que en ese momento se encuentren los padres, o bien se podrá dar una variable en beneficio o en detrimento y que tiene que ver proporcionalmente con los recursos disponibles y la explotación que de estos hagan los padres y que en un futuro serán el resultado del mejoramiento o progreso, o empeoramiento o retroceso del nivel de calidad de vida que fue posible darle a su hijo.

Es decir, que no necesariamente los hijos permanecerán bajo las mismas condiciones en que los padres se encuentran, en la medida en que los padres impriman en la vida de sus hijos el acceso o un mejor acceso a recursos que ellos estuvieron impedidos a acceder por la razón que sea. Sin embargo, también hay que sumar a estas, otras variables más que son externas y juegan un factor independiente al capital de recursos brindado y heredado por los ascendientes. Estos factores de tipo externo son condiciones que atañen por ejemplo a una sociedad, población o país, de acuerdo a su localidad geopolítica, es decir, que nada tendrá que ver la calidad de la educación que los padres procuren proveer en su o sus hij@s, cuando dicha condición se colapse por las condiciones dadas en una temporada de desempleo, por cambio climático o accidentes naturales, recesiones económicas, guerras, epidemias, etc.

La certeza de la calidad de vida que l@s hij@s procreados poseerán en el futuro es muy poca y aleatoria. Sin embargo, el tejido social con todas sus complejidades y que cada vez adquiere dimensiones mayormente aleatorias, hace cierto que los descendientes no tienen garantizada una vida llena de oportunidades y diferentes opciones, es decir, su derecho de decisión esta proporcionalmente limitado al número de oportunidades y opciones que se le presenten en su vida para desarrollarse.

Este panorama, por supuesto, es el que nos embarga y nos gobierna en su mayoria a los paises en vías de desarrollo, por lo que no podemos negar que quienes responsable o irresponsablemente decidimos tener hijos, y bajo las condiciones propias de la clase trabajadora, clase baja, clase media baja, media e incluso clase alta, (y ahora con los fenómenos del cambio climático, la expansión del consumo de drogas, la sociedad tan denigrada) tenemos la certeza de que los diferentes ambienes actuales no dejan de crear un halo de vulnerabilidad para toda persona.

Sin embargo, como este es un acto innegable e inalienable al ser humano, esta serie de características del mundo actual no son una noticia e información agradable a los oidos de l@s human@s. De ahí que el sistema mismo no promueva, progague y difunda la información necesaria para que el colectivo social alcance un grado de conciencia, de manera que como todos y cada uno de sus actos u omisiones los lleve a cabo, de manera y verdaderamente libre y consciente, bajo nuestra propia decisión, juicio, dimensión de nuestra propia vida, sin que tuvieran qeu mediar e intervenir los juicios de valor dados o conocidos por nuestra cultura mediática y por tanto por nuestros pares sociales.

Desafortunadamente nuestro medio cultural y social se encuentra tan permeado de estos juicios de valor establecidos de manera arbitraria y mediante violencias simbólicas por parte de nuestras clases dominantes que no es posible ver más allá de esos valores tan bien establecidos de manera arbitraria en nuestros modos de vivir.

Se actua justamente como estos grupos de poder han impuesto las arbitrariedades culturales, los juiciso de valor se han ido ampliando un poco, sin embargo los juicios binarios siguen siendo los predominantes, tal y como es a esta clase dominante como le conviene que el colectivo social juzgue.

En este papel de madre, es en el que mayormente se enjuaga y se refuerza con todo al alcance de nuestros opresores, los símbolos, valores, imágenes, proyecciones donde los juicios de valor son los de "gloria" o "condena", y cómo no, si es la fuerza laboral, si son las clases desprotegidas y en desventja las que son de mayor interes, de reproducirse y de conservarse tal y como se encuentran, sino es que un poco cada vez más oprimidas. Es este papel de madre, su imagén y todo al rededor de esa imágen que compramos y vendemos, la que mantiene toda una estructura de dominación y opresión ejercida por una minoría a una mayoría.

No debe haber o existir una minimización el papel de madre en la vida de la humanidad, sin embargo, como a todo lo demás, se debiera dar a todo, en su tiempo, modo, lugar; en sus condiciones, su justa dimensión.

La mujer jamás debe ser valorada en referencia a su deseo o su realidad de ser madre o no.

Y aunque, por un lado el sistema ha logrado implantar este máximo e incuestionable valor en cualquier condición en las masas, es el mismo el que le concede un valor nulo o mínimo, material o culturalmente reconocido. Es el papel de madre y todas las actividades que este implica, el que es disminuido, no pagado, no reconocido e injustamente valorado.

Y también ha sabido esta nube dominante hacer su trabajo en el establecimiento de nuestra tablita de valores, que, quién reclama por toda esta falta de reconocimiento, esta disminución, no remuneración, discriminación y situación de desventaja para las madres? Nadie lo reclama, es un valor entendido, es un valor dado, como normal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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madre

Cómo no se va a querer a un descendiente o a sentir el máximo amor por una extensión de uno mismo?

Sin embargo, el regalo natural de la maternidad y la paternidad se da por sentado. Triste y estadisticamente la maternidad y paternidad se dan en un ambiente de poca planeación y planificación familiar. El don de la reproducción se da más por accidente que por tratarse de ser un acto conscientemente planificdo.

Y si bien es cierto que no existe el momento más apropiado para ser padre o madre, o bien que nadie nace sabiendo ser madre o padre, lo cierto es que como en cualquier otro hecho en nuestra vida, lo que surge espontaneamente y sin elaboración y planeación previa, tendrá mayores posibilidades de convertirse en una misión mayormente difícil, limitada y aventurada.

Eso sí, no hay mejor etiqueta para colocar a una mujer que la de ser madre, por que a ella correspondan todas estas cualidades que en vuelven lo que ciertamente siempre tiene una madre para su hijo (amor infinito e incondicional y el sacrificio), independientemente del acceso que se tenga de los mejores recursos y herramientas para criar y educar al infante.

Esas cualidades y virtudes que llegan y acompañan a la madre en automático por el solo hecho de serlo, sin embargo pueden considerarse como etiquetas construidas culturalmente, pues no son inherentes y atribuibles al sólo hecho de dar a luz.

La ternura, paciencia, cuidado, sigilo, atención, suavidad, delicadeza y muchas más distinciones que acompañan a una madre no se desarrollan instantaneamente, se desarrollan desde que el embrión se gesta y desarrolla en el vientre de la madre. Características que por obvio de razones no podrán ser desarrolladas con la misma presencia, continuidad e intensidad que en el padre o pareja que no alberga el embrión en su cuerpo.

La extensión de estas características se deben a la experiencia entre madre-hij@ de este estrecho vínculo y que queda totalmente fuera del alcance de la experiencia que cualquier otra persona pueda tener con el recien nacido.

Sin embargo, todas estas características no son precisamente imposibles o preferentemente más difíciles de desarrollarse en el varón, en el padre o en la otra pareja. Estas cualidades son igualmente desarrolladas por madres, mujeres u hombres que deciden adoptar.

 

Inmediatamente son emitidos ciertos juicios de valor cuando la madre siquiera sugiere sobreponer interes, actividades, metas propias antes que los de sus hijos. Algo que no sucede con las prácticas del sexo masculino.

Y es que no es necesario que sean expresados de manera verbal o escrita, o bien que se manifiesten estos intereses de cualquier otra manera. En nuestro sistema cultural simbólico se encuentran ya establecidos los valores entendidos de lo que está "bien" y está "mal" para cada género.

Por ejemplo, el hombre quien mayormente ha jugado un rol de proveedor no necesita expresar o manifestar su interes en el trabajo, prevaleciente sobre el de la casa. Se da por hecho en nuestra sociedad que así debe ser, pues el como proveedor no puede fallar en el ingreso al hogar y el sustento económico necesario para satisfacer al menos las necesidades básicas de él mismo y de su familia. Al contrario, de desencadenarse alguna inclinación de sus intereses por algo fuera de esta tradición o costumbre, es cuando se cuestiona no solo la legitimidad de su interes sino hasta la virilidad o masculinidad del varón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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